Reporteros en directo en TV

Cuando imparto formación a periodistas, reporteros, redactores, presentadores, profesionales del audiovisual, a menudo me preguntan por cómo afrontar las apariciones ante la cámara, ya sea en falso directo o directo.

 

Los falsos directos, o entradillas, medianillas o salidillas grabadas deberían tener la misma preparación que el directo de verdad, el que no admite repetición.

 

El directo es la reválida permanente para un reportero audiovisual.

 

¿Cómo preparar esas intervenciones ante esa amiga/enemiga que es la cámara siempre dispuesta a evidenciar cualquier inseguridad, cualquier duda?

 

Podría parecer que el objetivo siempre va a potenciar el error y minimizar el acierto…En ese caso, siempre sería un enemigo a batir.

 

Bueno, no hay que tomarlo así. Al contrario. Hay que pensar en la cámara como en una persona a la que hay que contarle algo de forma convincente, de forma efectiva.

 

Hay quien lo fía todo a la memoria. El ejercicio memorístico tiene varios problemas.

 

Es fácil convertirte en un papagayo que, aceleradamente, intenta repetir lo memorizado al pie de la letra.

 

Ese automatismo lleva a sonar antinatural y la NATURALIDAD es la gran baza que todo comunicador debe atesorar.

 

Por tanto, la fórmula debería ser.

 

1 – Conocer muy bien lo que se quiere decir/contar

2 – Establecer 3 o 4 ideas clave

3 – Crear un hilo conductor de esas ideas clave

4 – Ensayar el discurso coherente que enlace dichas ideas.

5 – Hacer el directo como último ensayo, propiciando cambios que favorecerán una aparente espontaneidad comunicativa.

 

 

Esta fórmula vale para directos, claro, pero también para las intervenciones ante cámara grabadas.

 

Los grandes comunicadores la aplican, pero la experiencia, sin duda, es la que confiere aplomo, seguridad y solvencia.

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